Tomo I
Un estafador, perdón, quise decir un cazador de fantasmas
conocido como Alfred Winston está en casa de una pareja normal y corriente que
han denunciado la aparición de fantasmas y seres sobrenaturales en su casa, por
las noches se enciende el televisor sin estar encendido, los aparatos
eléctricos no funcionan como deberían hace frió. Afortunadamente Alfred Winston
especialista en lo paranormal aparece justo a tiempo para salvarles de esa
fantasmagoría que él mismo a creado para sacarle un par de miles al pobrecita
pareja crédula y asustadiza. Eddie su compañero, que generalmente espera en el
coche, le informa de unos chicos que están alterados y asustados llamando por
teléfono a su línea de Alfred Cazador de Fantasmas. Dicen estar aterrados ante
lo que han visto uno de sus compañeros ha desaparecido en esa casa. Más movido
por la curiosidad que por la capacidad de poder hacer algo allí se presenta el
estafador, la casa inspira poca confianza, al entrar, símbolos satánicos están
escritos en las paredes con sangre el asustadizo muchacho le guía al sótano de
la casa donde afirma haber visto desaparecer a su amigo. Alfred, está algo
asustado, esto no es normal...
Y en el sótano un cadáver ensangrentado se levanta, Alfred
es sorprendido agarrado por el chico asustadizo que le trajo allí, el cadáver coge
un bate de béisbol que estaba sobre una mesita y le rompe la pierna. “¿Qué te
parece esto, estafador?” Le dice el chico que se ha puesto de pie. Ahora los
reconoce son unos cazadores de criminales que apalizan y matan a quien
consideran oportuno. Wiston en su victima esta vez. Movido por el miedo, se
ocurre como estrategia decir palabras de un libro que encontró hace años, para
abrir el portal al infierno que estaba dibujado en las paredes. Si, es un
estafador, esas palabras no iban a funcionar, pero funcionaron. La puerta al
infierno se abrió, el primer demonio pisó la tierra, que dejó una piedra roja
en el suelo para alimentar el portal. Mato los chicos en agradecimiento a su
libertador. Eddie entro en la casa movido por el ruido anterior y se encontró
con eso, intento atacar al demonio y fracasó. El demonio levantó como zombie al
chico que se hizo pasar por cadáver. “Cómete al que ha cometido la desfachatez
de atacarme”...
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